La frecuencia cardiaca y la temperatura corporal central aumentaron más con el uso de un ventilador a una temperatura de 108 grados que sin ventilador, encuentra un estudio
Cuando la temperatura salta hasta los 108 ºF (42.2 ºC) o más, quizá sea mejor que los adultos mayores prescindan del ventilador eléctrico, sugiere un minúsculo estudio.
La investigación, en que participaron nueve personas mayores de 60 años, encontró que utilizar un ventilador eléctrico aumentaba la frecuencia cardiaca y la temperatura central cuando hacía un calor extremo.
«Lo último que queremos es que la gente deje de usar ventiladores, porque no hay duda de que a temperaturas más moderadas pueden ser beneficiosos», planteó el autor del estudio, Craig Crandall, profesor de medicina interna del Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, en Dallas.
«Solo decimos que en ciertas condiciones, como las olas de calor extremos, los ventiladores podrían resultar nocivos», explicó.
¿Por qué sentarse frente a un ventilador podría provocar que una persona mayor se caliente más? El uso de un ventilador aumenta la pérdida de sudor en los adultos jóvenes. Cuando el sudor se evapora, sirve para enfriar la piel. Pero las personas mayores parecen tener un límite en su capacidad de sudar, y esto limita la efectividad del ventilador eléctrico, comentaron los autores del estudio.
Un total de tres hombres y seis mujeres fueron voluntarios en la investigación. Su edad promedio era de 68 años. Los hombres usaron pantalones cortos, y las mujeres pantalones cortos y un sostén deportivo.
Los participantes se sentaron en una habitación en que se mantuvo la temperatura a casi 108 ºF durante cien minutos. Crandall dijo que ese nivel de calor es poco común, pero que sí ocurre, apuntando a la ola de calor de Chicago en 1995 en que las temperaturas alcanzaron un máximo de más o menos 108 ºF.
Los investigadores mantuvieron la humedad relativa en un 30 por ciento durante los primeros 30 minutos, y luego la aumentaron en un 2 por ciento cada cinco minutos, alcanzando una humedad máxima del 70 por ciento.
En días asignados al azar, los voluntarios se sentaron en las habitaciones con calefacción con un ventilador de 16 pulgadas (casi 41 centímetros) encendido a unos tres pies (casi un metro) de distancia, o sin ventilador.
Los autores del estudio notaron frecuencias cardiacas de hasta nueve latidos por minuto más altas cuando se usaba el ventilador. Además, las temperaturas corporales internas eran entre tres décimas y cuatro décimas de un grado más altas durante las sesiones con ventilador.
Por ejemplo, con una humedad del 50 por ciento, la temperatura central promedio fue de 98.3 ºF (36.8 ºC) sin ventilador, pero de 98.7 ºF (37 ºC) con el ventilador. La frecuencia cardiaca fue de 79 con el ventilador, frente a 88 con el ventilador, encontraron los investigadores.
Crandall dijo que en general esas elevaciones no fueron nocivas, pero que podrían ser dañinas en individuos con una función cardiaca afectada. Por ejemplo, una persona con insuficiencia cardiaca podría tener problemas para obtener niveles suficientes de oxígeno si su frecuencia cardiaca aumentara.
Añadió que las respuestas medidas fueron solo durante sesiones de cien minutos; unos periodos más largos en ese tipo de calor podrían tener resultados muy distintos.
«La preocupación que tenemos es que si alguien se sentara frente a un ventilador ocho horas al día, no sabemos cuánto subiría su temperatura corporal central [o su frecuencia cardiaca]», comentó Crandall.
«Si puede provocar que la temperatura suba un grado o un grado y medio, podría tener efectos nocivos», anotó.
La Dra. Sarah Samaan, cardióloga del Hospital del Corazón Baylor en Plano, Texas, se mostró de acuerdo en que una temperatura central elevada podría suponer una carga excesiva para el corazón y agravar afecciones como la hipertensión y la angina [el dolor de pecho cuando el músculo del corazón no recibe suficiente sangre].
Según Crandall, la moraleja de este estudio para las personas mayores es: «si en su casa hace 100 ºF (37.7 ºC), no confíe en el ventilador».
Recomendó el aire acondicionado como la forma ideal de que las personas mayores se refresquen. Si una persona mayor no tiene aire acondicionado privado, quizá deba ir a casa de un vecino o familiar, a un centro comunitario o para adultos mayores, o quizá a un cine o centro comercial.
«Por supuesto, el aire acondicionado sería la mejor opción», dijo Samaan, «pero aparte de eso, es probable que aplicar compresas húmedas sea útil, al igual que la hidratación con bebidas frías, preferiblemente agua».
Como el estudio se enfocó solo en los efectos de 108 ºF, Crandall y sus colaboradores planifican llevar a cabo más investigación para determinar si hay temperaturas más bajas en que el uso de un ventilador eléctrico deje de ser beneficioso y se vuelva nocivo.
El estudio aparece en la edición del 6 de septiembre de la revista Journal of the American Medical Association.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor